sábado, 1 de diciembre de 2012

"Saber narrar en Literatura" (Eugenia Rico)

¿Por qué nos fascinan las historias?
Introducción a la ficción
Hay muchas maneras de matar a un hombre pero una de las más terribles es no dejarlo dormir. Se muere no porque no pueda descansar sino porque no puede soñar. Y se muere antes de hambre de sueños que de hambre de pan. La sed de sueños nos mata casi tan rápido como la sed de agua. Una persona torturada así, y por desgracia esto se ha usado a menudo como método de tortura, en cuanto tiene un momento de reposo cierra los ojos y se duerme al instante. Comienza a soñar y sus párpados tiemblan como mariposas aterradas: es la fase REM.
Nuestra mente no puede soportar la realidad sin los sueños. Las sociedades no son diferentes: necesitamos artistas que sueñen el sueño de los pueblos. Algunos sueños como el cine nos los dan hechos. Vamos al cine a ver el Sueño de Otro. Como lo soñó otro. La literatura siempre existirá porque con los libros, con los cuentos, con las novelas, los ensayos y los artículos (a los que por supuesto considero un género literario y uno de los más interesantes) cada uno sueña su propio sueño.
Yo soy el guionista que escribe un guion para que tú, lector, seas el director de tu propia película, para que hagas el casting, escojas la actriz que quieras para la pelirroja de Aunque seamos malditas. Para que tú pongas la música y el tempo y hagas el montaje final. Soy conocida por haber desarrollado la literatura interactiva o participada pero en realidad toda literatura es interactiva o participada. En mis novelas el verdadero detective es el lector. Pero es que el lector es el verdadero protagonista de todas las historias.

 Ningún videojuego se puede comparar con el dominio de la historia que tiene mi lector: porque un cuento es el único lugar donde dos personas que no se conocen, que jamás se han visto pueden encontrarse en la más pavorosa intimidad: el autor y el lector se reúnen para celebrar una ceremonia secreta al término de la cual una historia que pudo no ocurrir jamás seguirá desarrollándose para siempre en la mente del lector. Ése es el pequeño gran milagro por el que merece la pena escribir ficción aun cuando si quieres ganar dinero sería más recomendable escribir libros de cocina, manuales de autoayuda o simplemente no escribir.
Y, sin embargo, nada puede compararse a este oficio y éste es el oficio más antiguo del mundo, el oficio de Sherezade, con el que salvó su vida y la de las demás doncellas amenazadas por un psicópata. Es bueno recordarlo porque así es cómo debería escribir siempre un autor: como si le fuera la vida en ello.

 
La página en blanco
 
En cualquier charla pública o taller literario al autor se le pregunta por sus rutinas: ¿escribe de noche o de día?, ¿a ordenador o a pluma?, ¿cómo se le ocurren las ideas?. Estas preguntas ni son ociosas ni son inocentes. Tienen que ver con el momento mágico de la escritura, con la búsqueda de la tan traída y llevada inspiración. Para los románticos la inspiración lo era todo. En cambio, en nuestros días la inspiración se ha desprestigiado en beneficio de la transpiración y de modo totalmente injusto. (A pesar de ello la frase atribuida a Thomas Edison de que la creación es 99 por ciento de transpiración y un 1 por ciento de inspiración tiene su miga).

Todos los escritores que en el mundo hemos sido realizamos este penoso y mal pagado trabajo en búsqueda no de los quince minutos de gloria de Andy Warhol (aunque para algunos éste puede ser el objetivo, a ellos les recordaré las palabras sobre el éxito que pronunció Jean Rhys: «Too little too late» (demasiado poco y demasiado tarde). Cuanto antes lo sepas, mejor será: demasiado poco y demasiado tarde ha sido el premio de escritores tan grandes como Franz Kafka, Herman Melville, John Fante, incluso Cervantes no fue Cervantes hasta que los románticos ingleses reivindicaron su obra, mientras que otros como Dickens, Tolstói o Vargas Llosa han conocido la gloria en vida.

Es lo que buscaba el escritor alemán Schiller cuando decía que guardaba en su escritorio unas manzanas podridas: cada vez que decidía escribir aspiraba su olor, que lo devolvía a la última vez que había estado inspirado escribiendo.
Éstos son los trucos que utilizan los escritores, cada cual tiene los suyos. Algunos releen lo escrito; otros, no. Todos saben que cuando una historia tiene más eco del habitual es porque, de alguna manera, quería ser narrada. Yo creo que todas las historias están ahí fuera en el inconsciente colectivo, el gran Ello del mundo, donde están nuestros temores más recónditos y nuestras esperanzas más inconfensables. Por eso no creo en el tópico del miedo a la página en blanco que en nuestros días se debería llamar el miedo al documento de Word en blanco. Cuando el escritor no escribe es porque el escritor no lee. Si abres el ordenador y no se te ocurre nada, abre un libro. Como decía Faulkner, lee de todo: bueno y malo, de todo ello aprenderás, suminístrate a ti mismo una dieta variada y tu escritura se hará proteica.

No hay nada que yo tema menos que a la página en blanco, en realidad creo que me ocurre siempre lo contrario: un sinfín de voces semejante a un enjambre aúllan en mi cabeza contándome mil historias que ellas dicen que merecen ser narradas. Como la vida humana es limitada, elegir es perder. Este proceso que comienza con la elección de la historia que quieres narrar seguirá más tarde con la elección de las palabras, de las frases, de los personajes. Menos es más.

En el consejo de leer debo decir que no te limites a leer libros. La lectura de periódicos, que pronto será una actividad del siglo pasado, es una de mis fuentes preferidas de inspiración. Lee libros de teoría de la literatura. A pesar de que la teoría no garantiza una mejor práctica; una y otra vez los escritores que admiro poseían grandes conocimientos de teoría. Del mismo modo que saber solfeo no te escribirá una canción pero te ayudará a escribirla: saber teoría de la literatura te ayudará a ser más humilde, que es el primer paso para ser más grande.

¿Existen los géneros literarios?
En los miles de años transcurridos desde que se escribió los hombres han aprendido a volar y a lanzar bombas atómicas pero siguen interesándose por una buena historia de manera previsible e invariable. Nos conmueven las mismas cosas que conmovían a los griegos y por los mismos motivos.
Poética de Aristóteles fue el primer texto conocido que recoge normas y trata de encontrar modelos que produzcan orden en la escritura dramática, utilizando ejemplos creados con anterioridad. Como origen de todos los manuales a pesar de los miles de años transcurridos me parece interesante hacer un resumen de sus conceptos más importantes. Como todo resumen de una obra tan compleja se trata también de una simplificación y de mi simplificación; sin embargo, creo que será reveladora en el tema de los géneros literarios.

ORIGEN DE LA POESÍA: El origen de la poesía y de todos los géneros literarios. La llama mímesis y según el filósofo griego tiene lugar por dos causas: 
a) Por el principio de imitación; imitar es algo connatural en el hombre desde el principio del aprendizaje y se desarrolla en la infancia. 
b) Por el gozo que se produce imitando, porque se adquiere los primeros conocimientos con la imitación.
Imitar da lugar a la duplicidad o a la multiplicidad y a partir de ahí se busca la autenticidad y las características propias del individuo después de asimilados los factores básicos que nos da la imitación. Los recursos esenciales para la imitación y la ejecución son el ritmo y la armonía.
EVOLUCIÓN DE LA POESÍA:  Según los tipos de autores distinguimos 2 clases:
a) Los más serios utilizan acciones hermosas propias de nobles y que toman la forma literaria de los himnos y los encomios. 
b) Los vulgares, que imitan acciones viles propias de hombres vulgares y toman la forma literaria de las sátiras.
A partir de estos dos principios nacen la Tragedia y la Comedia. En la tragedia está implícita la voluntad, que tiene un componente afectivo mayor que la desición, implícita en el drama.
 
FORMAS DE MÍMESIS O IMITACIÓN SEGÚN ARISTÓTELES: Las principales imitaciones son la epopeya, la poesía trágica, la comedia, la poesía ditirámbica, la aulódica y la citiródica. No es necesario recordar estas palabras a no ser que queráis quedar como eruditos, pero es importante saber que se distinguen entre ellas:
a) En los medios con que imitan, con todos los recursos por separado o a la vez. 
b) En el objeto que imitan; la tragedia, seres mejores, y la comedia, seres peores,
c) En las formas de imitación; narración o haciendo que las personas imitadas obren y actúen: drama.
DESARROLLO DE LA TRAGEDIA: La tragedia va creciendo según se van desarrollando sus propios elementos hasta que alcanza su naturaleza específica (componentes que le aportan un sentido concreto). Esquilo aumentó el número de actores, redujo la importancia del coro y dio mayor peso al diálogo, y Sófocles introdujo la escenografía, dignificó la extensión dejando de lado los argumentos breves, abandonó la dicción burlesca y le dio mayor majestuosidad. El elemento esencial es el diálogo como elemento definidor y que consigue adaptarse a la métrica más ajustada (el trímetro yámbico sustituyó al tetrámetro trocaico como el ritmo métrico más adecuado).
 
LA COMEDIA: La comedia surge de la imitación de personas de inferior calidad pero no de cualquier especie o vicio, sino sólo de lo risible, que es una variante de lo feo para Aristóteles.
 
LA EPOPEYA: Coincide con la tragedia en la imitación de personas nobles pero difiere de ésta en que posee verso uniforme y narración. Es ilimitada en el tiempo aunque al principio coincidía con la tragedia.
 
LA TRAGEDIA: La tragedia es la forma literaria más importante para Aristóteles. La define como la imitación de una acción elevada y completa, de cierta amplitud, realizada por medio de un lenguaje enriquecido con todos los recursos ornamentales, cada uno usado separadamente en las distintas partes de la obra. La imitación se efectúa con personajes que obran con el recurso de la piedad y el temor y que al final logran la expurgación de tales pasiones. El lenguaje es rico y comporta ritmo, armonía y música usado separadamente en las distintas partes de la obra.

Las partes de la tragedia

Argumento:
Es el más importante, en él se desarrolla el entramado de la acción. Tragedia no es imitación de hombres, sino de acciones de la vida; por tanto, el fin de la tragedia es una acción, no una cualidad. Los hombres tienen cualidades en función de sus caracteres (son felices o no según sus acciones). Sin acción no hay tragedia aunque sí puede haberla sin caracteres. Dos integrantes del argumento y elementos básicos para el efecto emocional son la peripecia y el reconocimiento.

Caracteres:
Rasgos que determinan la calidad de los personajes y que indican una libre decisión respecto de qué cosas, en circunstancias adecuadas, se elige o se rehúye.
 
Pensamiento:
Consiste en saber decir lo que está implicado en la acción y en un lenguaje adecuado. Hay pensamiento donde se enuncia algo. Aristóteles introduce varios conceptos que manejarán más tarde Horacio y todos los tratados de Retórica hasta llegar a los libros de Syd Field sobre guion de cine:

Lenguaje:
Exposición del pensamiento por medio de la palabra.

Música:
Composición misma de los versos que añade atractivo.

Espectáculo:
Es ajeno al arte y tiene importancia para la puesta en escena. La parte esencial de la tragedia es el buen efecto del espectáculo en sí.

Duración de la acción trágica:
Si la tragedia es una imitación de una acción acabada y completa, ha de tener una adecuada extensión que se divida en: principio, aquello que de por sí no sigue necesariamente a otra cosa, pero después de ello hay o se produce algo de un modo natural; medio, viene después de algo y es seguido por otra cosa; y fin, aquello que de por sí sigue naturalmente a otra cosa, de modo necesario o por lo general, y a lo cual no sigue nada más.
En la proporción de las partes está la belleza; es necesario controlar la medida y el orden. La extensión del argumento debe poder retenerse en la memoria. La obra debe tener una extensión que permita que el paso de la desgracia a la dicha y viceversa se produzca según la verosimilitud o la necesidad de los acontecimientos.

Unidad de acción:
Ésta es la famosa regla de las tres unidades que se retomará en la Ilustración y se abandonará en el teatro moderno.
La acción debe constituir un todo unitario. Las partes deben estar ordenadas de modo que si se suprime alguna de ellas el conjunto resulte modificado y trastornado; pues aquello cuya presencia o ausencia no produce efecto alguno no es parte esencial del todo.
 
LA FUNCIÓN FILOSÓFICA DE LA POESÍA: La función del poeta es contar hechos que puedan suceder, no que hayan sucedido. En la poesía, universalmente, a determinado tipo de hombre le corresponde decir determinada clase de cosas según la verosimilitud o la necesidad. La historia se centra en individuos concretos. En la comedia se obra según la verosimilitud y después se aplican nombres a los personajes, mientras que en la tragedia se aplican nombres familiares y no es absolutamente necesario atenerse a la tradición; lo posible es convincente.
Hay acción simple y acción compleja. La acción simple es una, completa y en la cual el cambio de fortuna tiene lugar sin peripecia ni reconocimiento. En la acción compleja el cambio se realiza por medio de un reconocimiento o peripecia o los dos a la vez.
 
PERIPECIA, RECONOCIMIENTO Y PATETISMO: Éstos son conceptos que todos hemos oído alguna vez y que vienen de Aristóteles. Peripecia es el paso de una situación a su contraria por parte de quienes actúan. Reconocimiento es el paso de la ignorancia al conocimiento, lo que provoca además amistad u odio en aquellos que están destinados a la felicidad o a la desdicha. Ambas comportan pasión y temor.Y patetismo es la acción destructora que provoca reacciones dolorosas.
 
PARTES DE LA TRAGEDIA: Las partes comunes a todas son:

-Prólogo: Parte completa que precede a la entrada del coro (pone en antecedentes y avanza parte del argumento).
-Episodio: Parte entera comprendida entre dos cantos completos del coro (ocurre la acción).

-Éxodo: Parte entera tras la cual no hay canto del coro (desenlace

-Canto coral
-Párodo: primera intervención del coro.
-Estásimo: canto del coro sin anapestos ni troqueos (formas versiculares).
Las partes que pueden existir y son comunes sólo de algunas:
-Arias: Cantos que provienen de la escena y que entonan los actores frente al coro (abundan en Eurípides).
-Komos: Diálogo lírico cuyo contenido suele ser un lamento entre el coro y un actor (en general son cantos funerarios).
No es necesario retener todos estos términos pero, puesto que oirás citar a Aristóteles continuamente por muchos que no lo han leído, es útil que te sean familiares.
EFECTO PROVOCADO POR LA TRAGEDIA: La tragedia debe provocar temor, cuyo objeto es el ser como nosotros; y compasión, cuyo objeto es el ser sin merecerlo un desdichado. Los personajes no deben destacar ni por su virtud ni por su justicia, pero tampoco caer en la desdicha por maldad o por perversión, sino más bien por culpa de alguna falta. El personaje debe encontrarse en un alto grado de gloria y prosperidad.

En la tragedia griega las pasiones de los personajes los conducen a un fin desastroso. El espectador o lector siente temor e identificación y se purga de sus pasiones en la catarsis, que es el sentido último de la tragedia. Sin embargo, han pasado miles de años y las obras literarias ya no son en verso ni existe un coro que represente al público. La distinción de los géneros literarios que se originó hace tanto tiempo fue desmontada por las vanguardias en el siglo XX.

Como veis, Aristóteles crea los géneros literarios diferenciando narración, poesía, drama, tragedia y comedia. En nuestros días se acepta comúnmente la división entre lírica y épica, y en la literatura popular entre la poesía, la narrativa y el teatro. Dentro de la narrativa se distingue:
1.° La novela
2.° La novela corta o nouvelle 
3.° El relato corto
4.° Últimamente el microrrelato (el más famoso quizá sea el de Augusto Monterroso «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí».)
Estas categorías, como las de Aristóteles, no tienen sentido en las obras de los escritores de los últimos años.Yo mantengo que los géneros literarios no existen o no están separados entre sí. Defiendo la mezcla de géneros en busca de la obra total.

Esto me da pie a dos consejos clásicos para cualquier autor:
1.° No te justifiques.
2.° Habla de lo que sepas o de lo que seas capaz de investigar de modo verosímil.
En cuanto a los tan traídos y llevados géneros: la belleza es el único género literario en el que creo; en la construcción de una novela entran muchos microcuentos, una buena obra de teatro no puede estar exenta de poesía, etcétera.
 
Sólo por motivos convencionales aceptaremos la distinción de Aristóteles para proclamar que el teatro sigue las leyes de la poética que exponemos en estas páginas. Sin embargo, en
Saber narrar hablamos sobre todo de la ficción y de sus dos géneros reyes: el cuento y la novela.
El cuento es como una miniatura y la novela como un gran fresco. Me gusta citar a Fernando Quiñones y decir que si la literatura fuera un whisky, la poesía sería el whisky solo; el cuento, el whisky con hielo, y la novela, el whisky con agua, suponiendo que la cantidad de whisky (de esencia pura de la literatura) se mantiene igual en cada caso.
A veces esta distinción entre cuento y novela se torna artificial. Los cuentos de Chéjov o de Alice Munro contienen un mundo tan complejo como cualquier novela. Nos queda decir que el cuento es una ficción corta (menos de cincuenta páginas) y la novela, una ficción larga. Los franceses hablan de
nouvelle, que nosotros preferimos llamar novela corta. Una categoría que se extiende entre las cincuenta y las ciento cincuenta páginas. Por insatisfactorio que sea dar una respuesta de peso a una cuestión tan ardua, la novela es un concepto tan inasible que la extensión es el único criterio en el que caben trabajos tan distintos como los de Balzac y Roland Barthes. En la novela y en el cuento nos pasa como con el amor. No sabemos definirlo pero en general lo reconocemos cuando lo tenemos delante.
LA VOZ: La razón por la que grandes guionistas de cine han encontrado difícil escribir una novela es la voz, esa cualidad del narrador que cuenta una historia y que define una novela o un cuento desde el principio. La voz es difícil de asir, pero el efecto de una voz adecuada es la sensación que tenemos de que alguien nos está contando la historia al oído, a nosotros y sólo a nosotros. Se puede decir que esa cualidad es la diferencia entre la prosa del principiante y una obra madura. La voz es como una música y cada escritor debe encontrar la suya a través de kilómetros y kilómetros de palabras leídas y palabras escritas. No hay otro camino.
 
"El punto de vista del Narrador"
 
Puede ser estudiado con objetividad:
 
1. El narrador está en tercera persona.

1.1 El narrador está en tercera persona omniscente. En este estilo, juega a ser Dios, hablando desde arriba a sus lectores, anticipando acontecimientos del mundo entero. Este estilo volvía locos a los victorianos, que lo aderezaban con muchos sermones y comentarios morales.
1.2.° El narrador en tercera persona, objetivo o cámara, típico del siglo XX, frío.
1.3.° El narrador en tercera persona, pasado por la mente de un personaje, lo sabe todo sobre un determinado personaje, pero se abstiene de hacer comentarios moralizantes.
1.4.° El narrador en tercera persona pasado por la mente de varios personajes, transmite sentimientos y pensamientos de los personajes, a lo largo de la historia.
 

2. El narrador en primera persona.
2.1 El narrador en primera persona, testigo. Nos cuenta lo que ha visto y le han contado, pero de lo que el no ha sido protagonista, sino tan sólo un emisario de la historia.
2.2 El narrador, poco fiable, que sabe mucho menos que el lector, dando pie a que éste conozca cosas que el narrador ignora.

3. El narrador en segunda persona, se le considera peligroso, porque mantiene un lenguaje metaliterario.
"El Correlato Objetivo"
 
La teoría del correlato objetivo de T.S. Elliot explica bastante bien la esencia del arte de escribir. Más tarde Hemingway retoma esta teoría y, nos la expone así: <<El único modo de expresar una emoción de manera artística, es encontrar un conjunto de objetos, una situación, una cadena de acontecimientos, que serían la fórmula de esta situación particular, de tal manera que, cuando los hechos exteriores suceden, la emoción es evocada de inmediato.>>
 
"Trama y situación"
 

La trama de una historia, es la línea del tiempo que sigue esta misma. Se compone de cinco diferentes partes, que listadas de manera cronológica son:
1.° Los antecedentes, se presentan los personajes, y se obtiene una idea general de lo que sucede, se refiere a la atmósfera que se desarrolla.
2.° Los incidentes, se introduce un problema, un conflicto.
3.°El desarrollo de la acción, las situaciones de la historia llegan a su clímax, búsqueda de culminación de la historia.
4.° El clímax, es la parte más emcionante de la historia, resuelve el conflicto o incidente.
5.° El término de la acción, es el encuentro entre el clímax y el final. No es un elemento esencial.

"La acción"
El orden de la acción, desde un punto de vista clásico, suele responder a la siguiente estructura interna:
 
-Planteamiento, Presentación de los personajes, y establecimiento de la acción.
 
-Nudo o Desarrollo, Se desarrolla el conflicto en el que se verán inmersos los personajes.
 
-Desenlace, Es la resolución del conflicto y el final de los sucesos que se han planteado.
 
-Principio abrupto, Inicio de la acción, cuando ésta se encuentra en pleno desarrollo.
 
-Estructura inversa, El autor, adelanta el desenlace de la novela, sólo cuenta la evolución.
 
-Final abierto, La historia no se resuelve ni en positivo ni en negativo. Culmina en la mente del lector.
"Los detalles"
 
En general, huye de las descripciones muy detalladas y en concreto de las que atribuyen rasgos psicológicos. Deja que sea el lector el que se los otorgue, a ser posible a partir del diálogo o mejor aún de sus acciones. Evita frases como <<ojos azules y despiadados>>. Es mucho más efectivo que el lector, llegue a sus propias conclusiones.
 
"La metáfora"
 
Son comparaciones, o símiles, uno de los grandes placeres del lenguaje, tanto para el narrador como para el lector.  La metáfora absurda, que nos hace perder el ritmo es uno de los peores enemigos del escritor, por ello no es recomendable el abuso de ésta.
 
"El Diálogo"
 
Es la mejor manera de caracterizar a los personajes, es una de las artes más difíciles de la narración. Los buenos diálogos sólo tienen una condición: tienen que ser verdad. Un diálogo realista conseguirá que nos creamos la llegada fantástica de un dragón, por ejemplo.
 
"La revisión y el tema"

La mayoría de las revisiones conseguirán podar el original. Algunos escritores, por el contrario, necesitarán que se añada el original. Un buen editor lo sabe al primer golpe de vista. La mayoría de escritores se benefician de ello. Todo lo que está escrito en esas páginas se puede obviar si uno es genio o posee talento suficiente para hacerlo. Se ha llegado a decir que uno publica para dejar de corregir y no es incierto.
"El tiempo de la Novela"
Dentro de cada novela hay un reloj, en los libros no eisten limitaciones en el tiempo, o en el espacio. Los libros pueden abarcar periodos tan cortos como mil años o tan largos como un segundo. En el segundo que trascurre, el escritor puede hacer trascurrir la historia de la humanidad. Este tiempo de la novela no tiene porque presentarse de manera lineal u ordenada, sino que puede ser alterada libremente.
 
1.° Retrospección o Flashback, Es un salto hacia atrás en el tiempo, en la historia.
2.° Anticipación o Flashforward, El autor adelanta acciones que aún no se han producido en el relato primario de la novela.
 




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